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Evita que tu piel se queme durante y después de la radioterapia

Los efectos secundarios de la radioterapia varían de un participante a otro. Sin embargo, hay uno que es más común que otros: el riesgo de sufrir quemaduras. Hay cosas sencillas que puedes hacer para ayudar a calmar la piel.

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Radioterapia: ¿por qué arde?

La radioterapia es el uso de la radiación para destruir el tumor o reducir su tamaño. Para llegar al tumor, hay que atravesar el tejido superficial. Aunque los rayos en sí mismos son indoloros, pueden causar bolsas, lo que provoca una sensación de calor o ardor en la zona irradiada. Esto se conoce como “radiodermitis”.

 

 

¿Qué es la radiodermitis?

En su fase inicial, la radiodermitis se asemeja a una quemadura solar grave (aunque el mecanismo no es el mismo que el de una quemadura inducida por los rayos UV): la piel está roja, seca, caliente, hinchada y empieza a pelarse gradualmente. Sin embargo, diez días después de la radioterapia, las quemaduras deberían empezar a resolverse por sí solas. Mientras tanto, puedes tomar medidas para aliviarlas (y, a veces, incluso prevenirlas). 

 

 

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La radioterapia me quemó mucho debajo del pecho. Estuve a punto de dejarla, pero me aconsejaron que usara crema después de las sesiones de radioterapia. Este fue un consejo valioso.

Isabelle

Cómo calmar la bolsas

Hay pasos sencillos y productos de apoyo fáciles de usar para aliviarte durante las terapias.

 

 

Hidratación indispensable

Hidrata la zona tratada todos los días. Elige una crema emoliente y utilízala después de cada sesión de radioterapia (nunca antes). De hecho, utiliza el emoliente tan pronto como comiences la terapia. Reducirás el riesgo de desarrollar radiodermitis. Por otro lado, evita los productos demasiado grasos, que podrían empeorar el efecto de los rayos, y no te apliques ninguna crema en las cuatro horas anteriores a la sesión. Después de la sesión, y en caso de irritación, aplica una compresa de agua termal y, tras haber secado cuidadosamente la piel, aplica generosamente una crema reparadora y protectora.

Combatir la transpiración 

La sudoración favorece el desarrollo de la radiodermitis. Para reducir el riesgo de lesiones, presta especial atención a los pliegues (por ejemplo, debajo de los pechos). Opta por ropa de algodón holgada y, en el caso de las mujeres, por ropa interior sin aros, para evitar irritaciones.

ASESORAMIENTO AMABLE (Y EXPERTO) 

¿Cuál es una rutina diaria adecuada para las quemaduras?

Durante la terapia, tu piel estará más sensible. Para no agravar los efectos de la radioterapia, debes cuidarte. Los jabones, tanto líquidos como sólidos, son secantes e irritantes. En su lugar, recurre a los aceites limpiadores o a las barras limpiadoras ultrarricas que se aplican con las manos sin frotar. Las duchas tibias son preferibles a los baños calientes, que pueden provocar un exceso de calor en la zona irritada. Sécate suavemente mediante toques con una toalla limpia y suave, y presta especial atención a los pliegues que retienen la humedad (debajo de los brazos, el cuello, los pliegues de la ingle). Asimismo, no utilices productos que contengan fragancias o alcohol, ya que pueden ser irritantes. 

Adoptar un manejo cuidadoso de la higiene durante la terapia contra el cáncer

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Las reglas de la exposición al sol 

Durante la radioterapia y en los meses posteriores a esta, tu piel será sensible a la luz solar. En primer lugar: evita cualquier exposición. Protege la zona irradiada y, si realmente no tienes más remedio que exponerte al sol, aplica un producto de protección solar que contenga un complejo fotoprotector, con una protección UVB-UVA muy amplia y estable, y una tolerancia cutánea óptima.

Proteger la piel de los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer