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Protegerse del sol durante la terapia contra el cáncer

Durante algunas terapias contra el cáncer, la piel puede volverse más sensible al sol. Es más probable que se produzcan quemaduras solares y que aumente el riesgo de sufrirlas, incluso con una exposición moderada. También pueden aparecer algunas manchas oscuras. Dado que hay que hacer todo lo posible para evitar que esto ocurra, ¿qué medidas deben adoptarse durante la terapia? Estamos aquí para explicarlo todo.

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El efecto de las terapias contra el cáncer en la piel

Quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida… Los principales tipos de terapia contra el cáncer pueden tener un impacto en la piel. Algunas moléculas utilizadas en la quimioterapia, la terapia dirigida y la terapia hormonal, por ejemplo, son foto-sensibilizantes; es decir, aumentan la sensibilidad de la piel a la luz solar. 

Por lo tanto, es aún más importante de lo habitual protegerse del sol durante el período de terapia y también después, durante varios meses.

Evita que tu piel se queme durante y después de la radioterapia

Protégete del sol en la medida de lo posible

Las quemaduras solares pueden producirse rápidamente, en especial durante la terapia contra el cáncer: pueden producirse en los primeros minutos de exposición. 

Las zonas muy secas tratadas con radioterapia corren un riesgo especial de sufrir complicaciones, que pueden incluir quemaduras graves. También es probable que la piel que se ha resecado por la quimioterapia reaccione más fácilmente, incluso si tienes la piel oscura. No son infrecuentes las erupciones cutáneas y la hiperpigmentación de las zonas expuestas (pequeñas manchas marrones o violáceas) o las marcas quirúrgicas.

Por lo tanto, desde el inicio de tu terapia, la aplicación de un nivel muy alto de protección solar debe convertirse en un hábito, tanto en interiores como en exteriores, incluso cuando el cielo esté nublado. Las ventanas de tu casa o del auto no te protegen de los rayos UV.

Combatir la sequedad de la piel durante la terapia contra el cáncer.

 

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Para evitar el sol, tengo la costumbre de salir temprano por la mañana con un sombrero y un chal por si acaso, y me aplico protector solar. Tengo cuidado incluso en el auto. Sin las pestañas, mis ojos son aún más sensibles; otra razón para llevar siempre gafas de sol.

Françoise

Protégete del sol mientras disfrutas de los beneficios que aporta.

¿Hay que evitar el sol por completo durante el período de terapia? La mayoría de las veces no, porque es bueno para la moral.

Disfruta de los beneficios del sol…

El sol es uno de esos pequeños placeres diarios de los que sería una pena prescindir durante la terapia contra el cáncer. Ayuda a regular el sueño, el apetito, el estado de ánimo… Y refuerza el sistema inmunitario, porque la luz ultravioleta permite la síntesis de la vitamina D, que el organismo no puede producir por sí mismo.

…con total seguridad

¿Cómo puedes disfrutar del sol sin arriesgarte a dañar más tu piel? ¿Es seguro? Solo el equipo encargado de tu terapia podrá darte consejos adaptados a tu situación, a corto, medio y largo plazo. Esto es porque, una vez terminadas las terapias, la piel permanece frágil durante varios meses.

 

Cuida tu piel todos los días durante la terapia contra el cáncer.

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Usar ropa que cubra la piel…

Es mejor salir temprano por la mañana o al final del día, cuando el sol es más débil. Incluso para un paseo corto, asegúrate de tener la menor cantidad de piel expuesta posible. La ropa es la forma más segura de protegerte: elige pantalones holgados y livianos, y camisetas o camisas con materiales de origen natural para que tu piel respire. Un sombrero y unas gafas de sol que den buena cobertura también son esenciales.

ASESORAMIENTO AMABLE (Y EXPERTO) 

…y la aplicación de protector solar es la primera línea de protección.

En las zonas que quedan expuestas (nariz, orejas, cuello, dorso de las manos, cráneo, etc.), no escatimes en el uso de protector solar. Debe ser de amplio espectro, es decir, que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB, con un FPS muy alto de 50 o más. Para la piel sensibilizada por las terapias, elige una crema hipoalergénica, sin conservadores y sin perfume. Puedes encontrar este tipo de crema en farmacias y tiendas de belleza. En forma de barra o de pequeño tubo, puede meterse fácilmente en un bolsillo o en un bolso.

Buenos hábitos para proteger tu piel

Elige cuidadosamente tu protección solar para piel sensible: será tu aliada durante toda la terapia y en los meses y años siguientes. Crema, fluido, spray… Elige una textura que te facilite la vida, con la que disfrutes protegerte. Recuerda volver a aplicar la protección regularmente (cada dos horas).