¿De dónde viene las imperfecciones? Probablemente ya te hayas hecho esta pregunta. La mayoría de las formas de brotes (sí, hay varias) están causadas por las fluctuaciones de las hormonas sexuales. Pero también entran en juego
otros factores, principalmente el entorno y el estilo de vida, tanto en los adolescentes como en las mujeres.
Las variaciones hormonales, en particular los andrógenos, provocan una sobreproducción de sebo en el rostro y la parte superior del cuerpo. Las células de las paredes de los folículos
pilosebáceos y de las glándulas sebáceas se multiplican, impidiendo que el sebo fluya. En otras palabras, los poros de la piel se obstruyen y el sebo se acumula bajo la superficie de
la piel. La acumulación de sebo es responsable de la formación de comedones: los famosos puntos negros y blancos. Estos cambios hormonales pueden producirse en la pubertad o durante el ciclo
menstrual en las mujeres.
Los factores exógenos (es decir, externos) también pueden desencadenar la aparición de granos.
El uso de cosméticos demasiado grasos, oclusivos o comedogénicos puede bloquear los folículos pilosebáceos, favoreciendo la aparición de manchas.
Bajo el efecto del sol, la piel se engrosa y se seca, lo que reduce inicialmente los granos. Sin embargo, esto es engañoso: en cuanto disminuye la exposición al sol, la piel se vuelve más fina
y se vuelve a producir sebo en mayor cantidad. El resultado es un brote de nuevas lesiones.
Los brotes no son una afección psicológica, pero el estrés es un factor que contribuye. Entonces, ¿cómo contribuye el estrés a los brotes? Los mecanismos aún no están
claros, pero la producción de hormonas relacionadas con el estrés también aumenta la producción de sebo.
El tabaquismo favorece la dermatosis y agrava especialmente las marcas.
Comer demasiada grasa y azúcar también tiene un impacto en la piel. El consumo de dulces, en particular, aumenta el desarrollo de brotes en las personas susceptibles. ¿Por qué? Se cree
que los alimentos con un alto índice glucémico favorecen la producción de ciertas hormonas, entre ellas los andrógenos, que participan en la formación de puntos negros.
Por último, en algunos casos, los brotes pueden desencadenarse por ciertos medicamentos.
Aunque la higiene dos veces al día mediante el desmaquillado o la limpieza es esencial, “limpiar” el rostro con un exfoliante demasiado agresivo puede resecar la piel, favoreciendo la seborrea
reactiva, es decir, una mayor producción de sebo. La misma recomendación se aplica a la exfoliación: utilice una mascarilla exfoliante suave una o dos veces por semana, pero no más.
Un cuidado suave dará mejores resultados
Es cierto. Si varios miembros de tu familia han padecido imperfecciones, sobre todo imperfecciones severo, esto aumenta tu riesgo de desarrollar la enfermedad. Aunque los genes no son una causa sistemática,
son un factor que contribuye. En cualquier caso, obtendrás los mejores resultados con un cuidado rápido, especialmente por parte de un dermatólogo.
Es cierto. Algunos contaminantes del aire pueden oxidar el escualeno presente en el sebo, producido por las glándulas sebáceas. Esta oxidación estimula la producción de moléculas
comedogénicas en la epidermis. Como resultado, se forman granos. Por lo tanto, una buena higiene de la piel es esencial para combatir los efectos de la contaminación en la piel.
Esto es falso. A veces, el uso de determinados acondicionadores o geles de peinado puede provocar la aparición de granos de imperfecciones, especialmente en la frente. Estos productos también
pueden caer sobre la frente o el cuello y provocar una reacción en la piel.
Es cierto. Al principio del embarazo, el equilibrio hormonal del cuerpo está muy alterado. Por eso, a menudo puede aparecer las imperfecciones. Las imperfecciones suele remitir y desaparecer rápidamente
después del parto.
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